Station: [68] Jerusalem
"No hacía distinción entre nosotros y ellos"
Era una locura entonces. Discutíamos, yo con Peter y todos los demás. Durante días y días. Habíamos venido desde Antioquía a Jerusalén. Las autoridades de Jerusalén idearon las formas más complicadas: todos los seguidores de Jesús debían hacerse judíos. Nadie cedió. Y entonces Pedro -el pescador- levanta por fin la mano y dice Lo sabemos desde hace mucho tiempo: Dios no hace distinción entre judíos y no judíos. ¿Por qué no escuchan a Pablo? ¡Me han escuchado a mí! "Ya sois todos hijos maduros de Dios -por la fe- y porque estáis unidos en íntima comunión con Jesucristo, pues el bautismo es lo más grande que hay: os habéis revestido de Jesús como de un manto. Por tanto, no tiene nada que ver que una persona sea judía o gentil, esclava o libre, hombre o mujer. Por vuestra unión con Jesucristo, todos habéis llegado a ser uno"